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TU WEB LISTA PARA CONVERTIR: HORA DE TRASPASAR FRONTERAS


Jue, 22/09/2022 - 17:40

El momento de ampliar tu negocio más allá de los límites de la esfera hispanoparlante es un momento emocionante, pero, como cualquier cambio, también tiene sus momentos de nervios. Por eso, lo mejor es poner tus historias en buenas manos.

 

Traducir es compartir.

Compartir ideas, conceptos y visiones, rompiendo las barreras culturales y acercando a dos personas que, a menudo, tienen una cultura totalmente diferente.

Si quieres que tu negocio (o cualquier otro texto) se entienda igual que se entiende en tu país de origen, no basta con cambiar las palabras que ves en la pantalla de un idioma al otro. También hay que traducir significados y emociones, y hacer que tu lector en el extranjero sienta lo mismo leyéndolo que los que te siguen en tu idioma original.

Y, como te comentábamos en esta publicación, no solo de textos web vive una empresa. Es muy probable que también se acaben necesitando documentos internos o hasta traducciones juradas en tu periplo internacional.

Pero, antes de meternos ahí, vamos a empezar por el principio.

 

¿Qué hay detrás de un nombre? Naming y traducción.

William Shakespeare decía que una rosa con otro nombre olería igual de bien, pero bien que a su teatro le llamó el Globe y no cualquier otra cosa.

El caso es que el nombre, tanto de tu empresa como de tus productos o servicios, va a definir en gran parte la manera en la que la gente piensa acerca de tu negocio. Por eso, elegir nombres adecuados y que estén acordes con tus valores e identidad de marca te va a tomar tiempo, trabajo y mucho brainstorming.

Ahora bien, cuando ya tengas a tus últimos finalistas, toca seguir investigando.

Si ya tienes o piensas tener negocio a nivel internacional, tienes que asegurarte de que los nombres elegidos no signifiquen o puedan sonar a broma o palabra malsonante. Y es que los ejemplos de nombres que suenan a chiste de productos llegados a España abundan, desde coches hasta películas, porque es más fácil de lo que parece pasar por alto estas cosas.

 

naming

 

El tono importa (y no siempre coincide).

Si ya llevas un tiempo en el mundo del emprendimiento y la comunicación de tu negocio, seguro que ya has escuchado las siglas CTA. Es más, probablemente ya lleves escritas unas cuantas.

La CTA (Call to action, por sus siglas en inglés) es una llamada a la acción, es decir, lo que quieres que tu lector haga cuando termine de leer el copy. Ya sea irse a tu blog, meter un producto al carrito o suscribirse a tu newsletter, necesitas una llamada a la acción clara y directa para que tu cliente potencial se anime a hacerlo.

Y, para complicar más el asunto, «claro y directo» no siempre es lo mismo en otros países.

En nuestra publicación sobre las CTA te comentábamos algunas de las diferencias. Por ejemplo, las llamadas a la acción en inglés son aún más directas que en español, y a menudo también contienen signos de exclamación. Poner «¡COMPRA YA!» aquí y quedarse tan anchos puede no funcionar bien, pero es perfectamente viable en el mundo anglosajón.

Otros idiomas, por sus características, usan muchos más caracteres, como el alemán, o muchos menos (como algunas lenguas asiáticas), de modo que sus llamadas a la acción también cambiarán de manera acorde.

Aquí es donde tener una identidad de marca bien definida jugará a tu favor y lo hará todo mucho más fácil. Si ya sabes exactamente cómo quieres sonar, solo es cuestión de encontrar la manera equivalente de comunicar en el idioma que te interesa, y ya lo tienes.

 

Ha llegado el momento de contar lo qué tienes para compartir con el mundo.

Y por último, a la hora de describir tus productos o servicios, no te quedes en lo superficial. Cuéntales cómo aquello en lo que has trabajado durante tanto tiempo puede cambiar sus vidas para mejor y lo que se están perdiendo si, al menos, no se dan la oportunidad de probarlo. 

¿Y esto cómo se consigue? Haciéndoles sentir

Una lista de características no conseguirán la reacción que esperas al otro lado. Están esperando algo más: háblales de sus cualidades, céntrate en las ventajas y, sobre todo, de los beneficios que obtendrán para ellos. Vamos, apúntate la universal fórmula FAB (Features, Advantages, Benefits) para tus descripciones de producto.

 

descripciones-producto

 

Un trabajo continuo.

La comunicación, como todo, siempre se puede seguir mejorando, en este idioma y en cualquier otro. 

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¡Nos vemos allí!